El ojo de Dios es una artesanía típica de algunas comunidades de México. Es un amuleto y símbolo de poder y protección. El entramado crea un rombo que representa los cinco puntos cardinales, norte, sur, este, oeste y centro, que es donde todo comienza.
Tradicionalmente se entrega como regalo a los recién nacidos para que siempre estén protegidos. También se obsequia cuando un niño tiene algún problema como una forma de pedir al mundo espiritual. El padre es quien teje este amuleto y cada vez que el niño cumple un año se realiza un tejido nuevo para que continúe su función.
Espero que los hagan, que jueguen con los colores y que adornen un sector de la casa que elijan. Muchos besos.
Laura